Que no comen nada

Uno de las causas mucho más comunes para preguntar al médico es el tema de la nutrición. Cuantas ocasiones he sentido la oración “es que mi novio no me come o es que mi muchacha come poco”. Indudablemente pertence a los temas que mucho más preocupación y angustia crea en las familias.

El día de hoy observaremos 5 causas por las que un niño puede no estimar comer:

Cuestiones para su médico

  • ¿Cuánto debe comer mi hijo todos y cada uno de los días?
  • ¿Hay algunos alimentos que debo procurar que coman todos y cada uno de los días?
  • ¿Debo preocuparme si mi hijo no come bastante a lo largo de múltiples días seguidos?
  • ¿Debo ofrecerle suplementos a mi hijo, como revueltos de proteínas, para asegurarme de que recibe suficientes nutrientes?
  • ¿Cuándo mi hijo pequeño superará este género de antojos alimentarios?

Departamento de la Biblioteca Nacional de Medicina, MedlinePlus: Nutrición infantil

¿Qué tienen la posibilidad de realizar los progenitores?

Que el niño decida cuánto comer en el momento de comer. Prácticamente todos los pequeños comen una cantidad correcta. Si el niño tiene apetito, va a comer. Si no, vas a tener apetito para la próxima comida.

  • Efectúa 5 comidas cada día, pero con moderación en el almuerzo y la merienda.
  • No picar entre comidas para eludir que el niño se llene y después no tenga apetito. Es requisito cerciorarse de que el niño llegue en el momento de comer con el estómago vacío.
  • El niño debe comer solo y hay que promover su autonomía.
  • Llevar a cabo las comidas entretenidas y también involucrar al niño en la elaboración de los platos.
  • Impide la charla en la mesa centrada únicamente en la comida.
  • No extender los horarios de las comidas: aceptar un tiempo razonable para comer.
  • Tomar mucha leche puede saciar a los pequeños y achicar su apetito. Limite la proporción de leche a 500 ml al día, en tanto que la leche tiene dentro tantas calorías como la mayor parte de los alimentos sólidos.

Qué realizar si tu hijo se niega a comer

  • Cerciórate de que tu hijo tenga apetito en el momento de sentarse. Establece horarios claros para cada comida del día.
  • Prestar únicamente meriendas saludables y jamás cerca de la hora de comer o cenar. En la mayoría de los casos, los refrigerios tienen que ofrecerse 3 o 4 horas antes de la comida primordial.
  • Si tu hijo pasa por una época de “no comer”, ofrécele alimentos que le agraden y que sean saludables. La iniciativa no es transformarse en un chef personal y cocinarle comidas distintas.
  • Despreocúpate por tener apetito, tu hijo va a comer en el momento en que verdaderamente lo necesite.
  • Ten en cuenta que las proporciones que él precisa no son iguales a las que tú precisas, no solicites exactamente las mismas proporciones que un adulto.
  • No procures que coman ofreciéndoles ver monos en la televisión, el móvil o el iPad. Es un mal hábito que puede complicar las cosas mucho más adelante.
  • Y entre los consejos mucho más esenciales, predicar con el ejemplo. Si tu hijo jamás te ve sentado a la mesa gozando de la comida, lo mucho más posible es que para él sentarse a comer sea una obligación mucho más que un instante para comunicar en familia.

Ten en cuenta que cada uno de ellos tiene su tiempo y respetar el tiempo del niño va a ayudar a crear una mejor relación y brindará las herramientas para lograr prestar una nutrición mucho más saludable

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