El día de hoy ofrecer es un ritual prácticamente instintivo que efectuamos en la vida diaria, en instantes de celebración y en señal de alegría. Pero, ¿en algún momento te has cuestionado de dónde viene esta práctica? Te sorprenderá comprender que su origen se remonta a varios siglos atrás y está muy relacionado con el ámbito bélico y de desconfianza entre los contrincantes. Más allá de que es verdad que no se conoce con precisión cuál ha podido ser el auténtico origen, hay múltiples teorías y todas y cada una semejan lógicas. ¡Desde la D.O Utiel-Requena te las compendiamos a fin de que consigas sacar tus propias conclusiones!
El origen del término se remonta al siglo XVI. En el mes de mayo de 1527 las tropas de Carlos V conquistaron victoriosamente la localidad de Roma y la asaltaron. Varios historiadores cuentan que, con ocasión de esta victoria, los mandos militares llenaron sus copas de vino, las levantaron hacia adelante y pronunciaron la oración: «porta dir’s», que significa te la ofrezco.
Este suceso dio origen a la tradición de ofrecer en el momento en que se festeja algo.
Jamás llenes un vaso medio vacío
Si lo haces lo llamas mal sexo y lo vas a hacer a lo largo de 7 años, pues atestar un vaso medio vacío puede interpretarse como una falta de precaución, tacto o prisa excesiva.
Por otra parte, comentando de vinos, uno puede correr el peligro de combinar 2 vinos, dañando tanto el primero como el segundo.
¿Qué es un brindis?
No hay celebración digna de ese nombre donde no levantemos las copas de vino para ofrecer. ¿Conoces la historia tras este habitual ademán?
Según la Real Academia De españa de la Lengua, el origen del término ofrecer procede del alemán «traer dir’s» (te lo ofrezco), y se considera la acción de ofrecer con vino o licor, o las expresiones que dicen a lo largo del brindis.
En el momento en que se abre una botella, comentan que hay cosas que hay que agradar…
No tiene que ver con gatos negros y espéculos rotos, hablamos de el planeta del vino asimismo tiene sus supercherías y acciones que tienen la posibilidad de traer mala suerte. Si tus usuarios de vino no están tan familiarizados como los que trabajan en enología (desde sumilleres hasta enólogos), merece la pena tenerlos presente para ahorrarte múltiples inconvenientes si no los respetas.