En el momento en que acabas de comer y te limpias la boca y las manos con una toalla de papel, ¿dónde la pones? Según la etiqueta, la contestación es que la servilleta debe ponerse a la izquierda del plato.
La razón de o sea que la servilleta se pone a la izquierda del plato pues ese es el lado en el que acostumbra reposar la mano derecha. De esa forma, si se te cae la servilleta o derramas algo, no acabará en tu comida.
El arte de ser útil la mesa
El protocolo en la mesa no acaba con el orden de los utensilios y la distribución de los comensales. En el momento en que empieza la comida, la escenificación prosigue.
La regla de oro es que ningún comensal debe comenzar a comer hasta el momento en que no haya servido todos y cada uno de los platos, por lo menos el primero. Desde el segundo, esta idea no requiere ser satisfecha. De igual forma, no hay que ser útil el segundo plato hasta el momento en que se hayan retirado todos y cada uno de los precedentes.
Primeramente, ¿de qué forma hay que poner la mesa?
Primeramente, deseará poner la mesa en una localización central. En el momento de seguir con el protocolo de montaje de una mesa de lugar de comidas, asimismo es primordial tomar en consideración las fuentes de luz que va a recibir según la hora del día y el ámbito que deseamos hacer para los comensales.
Otro aspecto esencial es que, entre cada silla, debe existir un espacio notable a fin de que cada comensal logre comer lo mucho más de forma cómoda viable.
Técnica de perturbación
La técnica de perturbación, que se puede emplear en cualquier contexto, consistiría en:
1) Se escoge un comensal, comunmente el que tiene mucho más restos de comida en el plato. Sus cubiertos cruzan sobre el plato, retirándolo con la mano derecha, y apoyándolo con la mano izquierda, manteniéndose sujeto con el pulgar y el índice. Con el pulgar, pellizca la cuchara o el tenedor sucio, cruzando el cuchillo (si lo hay) abajo.
El servicio inglés en la gastronomía: una corto historia
Hay algunas hipótesis sobre el origen del servicio inglés¸ entre estas, diríase que este modo de poner la mesa al estilo inglés fue ordenado por el rey Enrique VIII en el siglo XV, en oposición a los protocolos establecidos por la monarquía francesa.
Otra versión señala que nuestro rey incorporó este modo de ser útil la mesa como un acto de rebelión contra el papa, al tiempo que rompía relaciones con la Iglesia Católica para hacer la Iglesia Anglicana.