Seguramente has oído en más de una ocasión que el desayuno es la comida más esencial del día. Y, según varios especialistas en nutrición, es verdad. No obstante, es una invención parcialmente reciente. De esta forma, la tradición del desayuno así como la conocemos en la actualidad aparece en el siglo XIX, en medio de una Revolución Industrial. Te planteamos un paseo por la evolución del desayuno y te ofrecemos ciertas ideas para iniciar bien el día con La Vieja Factoría.
El desayuno no existió a lo largo de largos periodos de la historia. Los romanos no lo tomaban, puesto que pensaban que era mucho más saludable llevar a cabo solo una comida cada día. En la Edad Media, no se podía comer nada antes del servicio de la mañana. Se estima que en esta temporada se instituyó la palabra desayuno, puesto que verdaderamente significa “romper el ayuno” durante la noche. Con la Revolución Industrial, los trabajadores precisaban comer temprano para pasar los días en las factorías. En ese instante, todas y cada una de las clases sociales han comenzado a comer antes de proceder a trabajar. En el siglo XX, el estadounidense John Harvey Kellogg revolucionó el desayuno con la introducción de cereales refinados. Pero es en los años 20 y 30 que las autoridades empiezan a fomentar el desayuno como la comida más esencial del día. Tras la Segunda Guerra Mundial, los enormes desayunos llegaron a los hogares británicos merced a adelantos como las tostadoras, el pan de molde, el café instantáneo y la aparición de una extensa variedad de bollería industrial.
Crepes para la mañana
Los crepes asimismo hay ya hace bastante tiempo. Los estudiosos piensan que la momia humana conservada naturalmente mucho más vieja de todo el mundo comió un panqueque como una de sus últimas comidas.
Los estudiosos piensan que los crepes tienen la posibilidad de haberse realizado por la mañana por el hecho de que se organizan considerablemente más veloz que el pan. Los chefs podrían tener tiempo para elaborar pan fresco para la cena.
¿El desayuno como proyecto neolítico?
En nuestro marco evolutivo paleolítico no existía la luz artificial.
Y bastante menos los servicios de comida a residencia. Además de esto, los humanos no poseemos la visión de un gato para lograr juntar o apresar a la noche. Por consiguiente, había que conseguir un animal, cazarlo, sacrificarlo y, en la mayoría de los casos, cocinarlo. Y asimismo había que buscar, arrancar, juntar y elaborar tubérculos y otras plantas.
Conque es razonable meditar que, a menos que les quedaran sobras de la noche previo, nuestros ancestros comían en general por la tarde. Y asimismo tenemos la posibilidad de sospechar que el desayuno matinal fue un proyecto del Neolítico. En concreto, a causa de los primeros asentamientos. En otras expresiones, la creación del agricultor sedentario.
Cena
Como ahora vimos, la cena es la única comida original de los romanos y esta sería el semejante a la comida primordial de todos nuestros ancestros durante la historia y prehistoria de la raza humana. Si bien antes lo consumían en otro instante. En la Edad Media se llamaba cena en latín y consistía en una comida lujosa de la clase alta, que se comía cerca del mediodía.
Y las clases bajas hicieron lo mismo. Si bien no gozaron de ningún bufé.
¿Qué le da tanto prestigio a este alimento?
Semeja que la primera referencia a esta oración es la de Lenna Frances Cooper. La primera mujer en ocupar el puesto de dietista en el ejército de los EE. UU. Aparte de ser co-principal creador en 1917 de la American Dietetic Association. Fue la señora Cooper quien comentó en uno de sus libros que:
“En varios sentidos, el desayuno es la comida más esencial pues es la comida con la que comienzas el día”.