Debido al de hoy estado de alarma tras la pandemia del COVID-19, te mostramos una selección de los más destacados modelos de desinfección personal y del hogar para resguardarte a ti y a tu familia de contagios. Juntos debemos fomentar una adecuada higiene y limpieza general para supervisar la pandemia del coronavirus:
Lejía o amoníaco: ¿para qué valen?
Hay que iniciar desde abajo Adecentar y desinfectar no es exactamente lo mismo. La limpieza de una área supone la supresión de restos, líquidos y sólidos. Desinfectar significa remover microorganismos como bacterias y hongos de una área.
En este sentido, la primordial diferencia entre las características de la lejía y el amoníaco para la limpieza del hogar reside exactamente en sus diferentes habilidades. El amoníaco está singularmente correcto para la limpieza de superficies engrasadas, con lo que es un enorme aliado para la limpieza de cocinas, al tiempo que las lejías están en especial indicadas para la desinfección de superficies, puesto que suprime completamente hongos, bacterias o virus, transformándose en el personaje principal de la limpieza de baños y suelos.
¿Se puede combinar amoníaco y lejía?
No, jamás. Pertence a las cautelas mixtas que siempre y en todo momento tienes que eludir. Esta combinación es muy dañina y también insalubre en tanto que genera un gas nocivo llamado cloramina que puede irritar los ojos, la garganta, etcétera. si se inhala. La exposición prolongada a la cloramina puede crear problemas respiratorios y pulmonares graves o aun ser mortal.
Ciertos artículos de limpieza del hogar están clasificados como peligrosos. Hemos de estar informados antes de su empleo para eludir problemas médicos o daños en las superficies a adecentar.
¿Cuándo y de qué manera hay que emplear cada uno de ellos?
Lo primero y más esencial que tienes que saber, es que estos 2 artículos no se tienen la posibilidad de combinar. En el momento en que se juntan, se genera una reacción química que crea un gas enormemente tóxico llamado cloramina, que puede irritar los ojos y los pulmones.
Características
Los dos artículos son poderosos limpiadores, pero con 2 funcionalidades muy dispares. El amoníaco actúa como un fuerte desengrasante, al paso que la lejía es desinfectante y desinfectante. Además de esto, este último actúa como blanqueador y oxidante, con lo que puede descolorar tejidos y materiales. No obstante, el amoníaco se puede emplear para la limpieza de rutina sin miedo a descolorar o dañar las lonas.
De esta manera, si deseamos desinfectar una área, elegimos por la lejía, al paso que si deseamos remover restos de grasa, los más destacados desenlaces los logramos con amoníaco.